23 de julio de 2012

Deseo

Ahora que está de moda pedirle cosas al universo, voy a probar si funciona.

"Universo, me llevás acá?"

4 de febrero de 2012

El peor castigo

A la gente que le dice ¨lunas¨a las medialunas, habría que prohibirles volver a tocar una medialuna en su vida.

Anónimo

La lectura es la mejor forma de no gastar plata y ser feliz.

20 de enero de 2012

Toc toc, vejez

Me dejó de gustar el salame y me empezó a gustar la rúcula. Ni más ni menos que un autoatentado gastronómico a lo poco que me quedaba de juventud.

17 de enero de 2012

Soñar ya no es lo que era

Antes soñaba que quería correr y no podía. O que quería gritar y no me salía la voz. Ahora sueño que quiero mandar un sms a alguien y no puedo, o que no lo encuentro en la lista de contactos.
La puta, hasta ahí se fue a meter la tecnología.

25 de noviembre de 2011

AC

Nunca voy a entender cómo funcionan los controles de los aires acondicionados.

10 de noviembre de 2011

Comer delante de culpógenos

La culpa debe ser más prehistórica que el jabalí. Yo la siento como si fuera algo hereditario, casi incuestionable. Cuando me agarran los ataques de culpa, son tan sanguíneos, que me desestabilizan por un rato. La ultima vez lo tuve en un freddo. Por suerte llegamos a un acuerdo con la culpa. Ella quería un cortado solo, yo un cucurucho de frutilla y chocolate. Así que me pedí un cortado con un cuadradito helado de frambuesa, y quedamos las dos contentas. Me senté con mi bandejita y disfruté cada bocado de ese cuadradito, y cada sorbo de ese café, con sabor a victoria.
Entonces entró una chica de unos 23 años, de la mano con su novio. Los dos estaban vestidos de deportistas, como si vinieran de hacer una rutina intensa. Cada paso que daban era un vals de endorfinas satisfechas. Ella se acercó a la caja y se pidió un cucurucho. Tenía el culo más parado, redondo y perfecto que vi desde la última vez que dejé 5 minutos de showmatch en mi televisor. Se sentó con el novio, cucurucho en mano, y se lo engulló sin ninguna culpa ante la mirada de todos. Qué injusticia.
Comer delante de culpógenos es mucho peor que comer delante de los pobres.

Duda corta

Mi novio me preguntó si sabía quién era Ginobili. ¨Cortame¨, le dije. ¨Si pensás eso, por favor cortame.¨

11 de octubre de 2011

Por favor Diosito

Quiero que me pase como a Bill Murray y a partir de hoy, despertarme y que todos los días sean feriado.

10 de octubre de 2011

Al revés

Hace un tiempo que se me dio por decir las palabras al revés, que cosa más fantástica. Ofri, tedien, dorapa, sopi, ñoba, lopes, feca, zapi. Pero si hay una que al invertirla realmente me fascina es Chegusan.

7 de octubre de 2011

Nada más triste que un paraguas roto

Hoy me compré un paraguas y cuando estaba cruzando Libertador ahí en Retiro, me pasó esa cosa horrible que siempre hace que me ria cuando le pasa a los demás, pero cuando me pasa a mí no puedo sentir otra cosa que no sea verguenza total. Se me dió vuelta el paraguas, como si un viento le hubiera levantado toda la pollera a una señora gorda y la hubiera dejado en bombacha en medio de la avenida. Así me sentí.

6 de octubre de 2011

Guerrita personal

No vi ninguna de la guerra de las galaxias. Ya está, lo dije.

12 de septiembre de 2011

El membrillo de Dios

Dentro del rubro "galletitas", y enfocándome específicamente en la variedad PEPAS, debo decir que soy una experta desvergonzada.
He probado todas las pepas habidas y por haber. He incursionado en las marcas más conocidas, y hasta en las de nombre chistoso. Probé las incomibles, las de panadería y las de tu abuela si querés. Y me doy permiso a mi misma para aseverar de manera terminante que las únicas pepas que están buenas buenas de verdad, y que dignifican el nombre de la variedad, son las Terepín. No deberían existir otras sobre la faz de la tierra.

(Lo que no entiendo es por qué le pusieron ese nombre pedorro de Agencia de Lotería. Por qué no un "Doña Pepa", "El Membrillo de Dios" o "Altas pepas", que bien merecido se lo tienen).

7 de septiembre de 2011

Soñate algo

Siempre que duermo, tengo sueños, y cuando digo siempre es siempre, sin excepciones de ningún tipo. No hay una sola noche que no sueñe con algo, no hay una sola siesta en la que no me adentre en alguna aventura, no hay una sola cabeceada en el sillón que no me transporte a algún lado. En cuanto entro en el tunel que nos lleva a todos al maravilloso mundo de los sueños -ese que nos hace babear y pegar patadas ninja al aire- aterrizo en algún lado, como escupida por un tubo, donde me esperan todo tipo de historias, escenarios y personajes.
Ahora, sobre esta característica tan particular, hay dos cosas que quisiera destacar. La primera es que cuando me despierto, me acuerdo con lujo de detalles lo que soñé, la segunda es que el 99% de las cosas que sueño, son pesadillas. Si, ya sé, pobre mina deben estar pensando, yo pienso lo mismo. La paso tan mal cuando duermo, que si no fuera porque la paso tan bien cuando vivo, mi vida sería un suplicio.

9 de agosto de 2011

El juego de las sillas

A veces pienso que la vida es así, un gran salón lleno de sillas con mucha gente sentada, ocupando todas las sillas. Hay sillas de todo tipo. Cómodas e incómodas. De madera, de oficina, de plástico, plegables, giratorias, banquetas, taburetes. Alguna gente se va levantando, y otros van ocupando esos lugares que quedaron vacíos. Y alguien puede ocupar el tuyo también, claro. Ese lugar en un trabajo, en una relación, en una amistad, en una banda, en una familia, en un equipo. Si no querés que nadie se siente en tu lugar, solo tenes que quedarte sentado. Si el lugar en el que estás no te convence, levantate.

En el gran salón está lleno de sillas, y lleno de gente que quiere la tuya.

Jugás?

7 de agosto de 2011

Te juro que no.

No está todo hecho.

27 de julio de 2011

Sólo eso

No sé cómo, ni cuándo, ni dónde, pero yo quiero tener una casa con porch y el mosquitero ese antes de la puerta. Si, como en las películas.

13 de julio de 2011

Imágenes

Debido a maravillosas eventualidades de mi trabajo, ayer y hoy pude gozar de largos baches de alpedismo a lo largo del día, que me permitieron hacer cosas que nunca tengo tiempo de hacer. Por ejemplo ir a nadar un martes a las 12 del mediodía.
La imagen en mi mente era muy clara: Por fin yo sola, un carril único para mí, nada de gordas practicando aquagym y yo intentando nadar entre tsunamis creándose al ritmo del reggaeton. La pileta sería pura paz y tranquilidad, la bruma de la condensación frío calor, el silencio entre bocanadas de aire, y yo.
La imagen verdadera era muy clara: Una pileta más llena que Cabildo un sábado a la tarde.

Segundo bache, segundo intento. Me dirijo al cine.
La imagen en mi mente de nuevo era muy clara: Yo y dos, como mucho tres infelices más en el cine, comiendo alimentos crujientes sin importar los ruidos, poniendo las patas sobre el respaldo de adelante, disfrutando de la oscuridad sin siluetas de cabezas, sin gente pidiendo permiso, sin celulares sonando, sin nadie reclamando su asiento numerado en el que justo te fuiste a sentar.
La imagen verdadera de nuevo era muy clara: Una cola infinita para sacar entradas, y todo lo de después.

Alguien me puede decir qué carajo hace la gente todo el día?? No labura digo yo?? Ehhhh???

8 de julio de 2011

Grotesco

Tenía el taxi estacionado a un costado de la calle, a unos metros de un carrito parrillero bastante lleno de gente que largaba humo sin parar. Estaba sentado en el asiento del conductor con la puerta abierta, él y toda su obesa inmensidad, como encastrado ahí para siempre. Con las dos manos y una especie de desesperación vertiginosa, se comía un sanguche de algo que no llegué a distinguir de lejos. Tenía una camisa blanca seguramente manchada con las gotas de grasa del sanguche de algo, y un pantalón gris que le quedaba corto, porque con las dos piernas afuera del auto dejaba ver eso, sus medias blancas y todo el paisaje triste que se venía.
Terminó el sanguche de algo, se limpió la boca con una servilleta blanca y la dejó caer al piso, a la calle, al basurero en el que cree que vive y en el que debe vivir, pegándole una patadita para alejarla de él, como si esa basura inmunda no le correspondiera, como si irónicamente su propia mierda le diera asco. Con todo el esfuerzo del mundo y su estómago en plena actividad, su cerebro dió la señal indicada para levantar su pierna derecha e introducirla en el taxi. Su cuerpo respondió con dificultad, pero lo logró. El problema fue acomodar la segunda. El cerebro mandó la señal pero nadie respondió. De nuevo cerebro-señal, nada. Entonces con una de sus manos se agarró el pantalón gris de la pierna inerte, y tiró de la tela hacia arriba con fuerza, elevándola en cámara lenta en un acto verdaderamente milagroso. Una vez encastrado su abominable ser en ese asiento que debiera llevar su marca personal en la goma espuma, se le presentó nuevamente otra dificultad: la puerta estaba demasiado abierta y su mano no llegaba a cerrarla. Una imagen triste, muy triste. No quería seguir viendo, no podía seguir viendo, pero tenía que hacerlo. El cerebro mandó señal a la pierna derecha, la única que aún respondía, y apretó el acelerador como si cayera sobre él con todo su peso en una lucha libre imaginaria. El Galaxy, si es que todavía queda alguno, salió arando con la puerta abierta, que con el impulso y una ayuda de su mano, se cerró victoriosamente, saliendo de mi vista. Mis ojos quedaron fijos en la escena vacía, sin taxi, sin esa bola humana despreciable, pero con la servilleta blanca de la impunidad aún ahí, ensuciándonos a todos.

4 de julio de 2011

Para todo lo que yo no

Hay gente que lee en el colectivo y no le da náuseas.
Hay gente se sube a un barco y no se marea.
Hay gente que cuando aterriza el avión no le baja la presión.
Hay gente que cuando pisa caca, ve a alguien vomitando o escucha a montaner, no le dan arcadas.
Hay gente que se come una napolitana con fritas y almendrado de postre y al otro día está como nueva.
Hay gente que ve sangre y no se le afloja ahí.
Hay gente que no sabe lo que es la acidez.

Por qué a mi no me tocó ser ninguna de esa gente?