Cada día a las 7 de la mañana mi mamá me gritaba desde la cocina: Andrea, querés café o té?
- Té mamá, quiero té.
No me gustaba el café. Hasta los 14 nunca me gustó el café.
Después si, pero con leche. CAFÉ CON LECHE. Bien grande y clarito. Y era fundamental dejar media taza sin tomar.
Con los años la dosis de leche empezó a reducirse, hasta que llegué a decir MITÁ y MITÁ.
Ahora voy por el CORTADO COMÚN, entrando en la etapa del APENAS CORTADO, pero debo confesar que después de algún postre-bomba lo tomé SOLITO y en pocillo, y me imaginé llena de arrugas y mandando a los chicos a la cama.
La no moraleja: La leche es un símbolo de juventud, a medida que envejecemos, se va retirando.
Y en el sentido que estás pensando, también.
Y eso es tan triste
Hace 1 día
3 pensamientos:
te extraño angiolazo viejo
a saber: http://elplacerdeloincomodo.blogspot.com/2010/04/ya-no-soy-una-nena.html
donde estas andrea?
a saber: http://elplacerdeloincomodo.blogspot.com/2010/04/ya-no-soy-una-nena.html
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