Último vagón del Mitre. Me siento dispuesta a ponerme los auriculares cuando veo en el asiento a mi derecha un chico de traje con cara de nabo y frente a él un hombre bastante desagradable de bajos recursos y piel tostada - y no precisamente de ir una vez por semana a la cama solar- pasando vino de una botella de New Age a una de 7up.
Obviamente, el borracho le hablaba sin parar mientras el pobre pibe, derrotado, miraba por la ventana la nada misma.
Borracho: Qué música escuchá vo?
Pobre pibe (con cara de pobre yo): Un poco de todo.
Borracho: A mi me gusta la cumbia, te gusta la cumbia?
Pobre pibe: No.
Borracho (que ya había tirado medio vino afuera): Eh..?
Pobre pibe: Que no, no me gusta la cumbia.
Borracho: A mi me re cabe loco. Sabés por qué?
Pobre pibe: (Tengo que adivinar?...)
Borracho: Porque la cumbia es sutil, pero te dice la verdá.
Ok, repasemos.
O nadie le enseñó a este hombre el significado de sutil, o el vino tiene efectos para nada sutiles cuando se lo toma a las 4 de la tarde de un lunes, y de un martes-miercoles-jueves-viernes.
El precio de las naranjas
Hace 1 semana
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