Fue justo ayer, mientras veía fotos de un viaje que no me parecía tan lejano, que me pasó algo, algo que me hizo dar cuenta que el tiempo pasa más rápido que el helicóptero en el que se escapó De La Rua.
Fue un instante revelador, una sensación que nunca había tenido, otra percepción de mí, un cambio. Pero no ese cambio de los 15 a los 20, en el que te cambia la cara o los rasgos, o te reís de un ridículo corte de pelo, de tu DNI, del tamaño desproporcionado de tu frente o de lo púber que eras. Ese no preocupa.
Esta vez el cambio tenía que ver con el envejecimiento mismo, y me asustó.
Por primera vez me reconocí más joven en una foto, es decir, noté la juventud de los años en mi rostro, una juventud que ya no tengo. Fue como sentir que se activaba para siempre en mí el switch diferenciador entre el niño y el adulto, que te saca de un lugar y te pone en otro inevitablemente.
No se trata de una fobia al envejecimiento, ni siquiera me gustaba de chica Peter Pan (salvo la parte que comían comida invisible). Se trata de detenerse frente a instantes de la vida, asumirlos, y definirlos como tal.
Y a pesar de todo lo que falta, puedo decir que hoy es el día en que empieza la verdadera aventura de la cuenta regresiva.
El precio de las naranjas
Hace 6 días
3 pensamientos:
Por dios! hace poco me pasó lo mismo, me vi en una foto joven, distinta, como mas fresca y cai en la misma cuenta de que algo irreversible habia cambiado. Igual yo no pude con mi genio y me deprimi :(, jajaj
uff las últimas líneas son un cañonazo jajaja
experiencia poco agradable...creo q a todos nos ha pasado de revolver demasiado las fotos, y no precisamente las de la niñez...sino las de hace unos años...y ves como pasaste de los 25 a los 28 sin darte cuenta, y ya no te sentis "una piba"...y en más de un lugar escuchas que te llaman "señora" (tanto más frecuentemente de lo que te gustaría) y sí...se te notan las arrugas de la frente, tenés cara de cansada, y las canas que asoman...no para deprimirse...pero miedo los 30!
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