7 de mayo de 2009

De aviones II

El aterrizaje había sido un éxito. Fue como bajar un cordón en bici, semi imperceptible. Me dieron ganas de aplaudir pero la sirena indicadora de los actos estúpidos se encendió y me reprimí.

De pronto una voz fememina dijo: ¨Bienvenidos a Buenos Aires, este es el aeropuerto internacional Ministro Pizzarini¨

Si, dijo Pizzarini. Y lo dijo como cuando decíamos pitza de chicos. Pitzarini.

Por un segundo me sentí la aceituna de la pitza, y casi me muero.

1 pensamientos:

S. Rosero dijo...

Yo creí que eso de aplaudir (las ganas y el acto mismo) cuando los aviones aterrizan delicadamente, era algo bien ecuatoriano.